construir un puente entre dos mundos

Jaime Acevedo

«He estudiado Educación, primero en Madrid y luego en Inglaterra. Durante mi carrera me di cuenta de que necesitaba añadir algo a mi equipaje e hice un Master de Recursos Humanos en el CEU de Madrid.
Con esto, empecé un recorrido de cerca de 15 años en el mundo industrial en puestos de Recursos Humanos, con una componente progresivamente más internacional.

En 2010 decidí orientarme más hacia la Consultoría y el Coaching y creé Inter Medio. Mantengo una fuerte componente de Formación, acompañando proyectos apasionantes de empowerment y transformación de las organizaciones.

Tengo verdadera pasión por el Arte en todas sus expresiones: pintura, música, teatro, etc. y también soy un fan incondicional de la Naturaleza. En mis viajes siempre busco un momento en el que pueda disfrutar de uno o de otro, o de los dos al mismo tiempo…»

 

Mi Historia

Cuando era un chaval, en los 70, en Madrid, solía ir al cine con mi abuela los domingos.

Ir al cine era todo un acontecimiento. A menudo había grandes colas, en aquellas grandes salas de proyección, con acomodadores en uniforme, que te acompañaban solemnemente a tu asiento y luego extendían discretamente la mano enguantada de blanco para recibir una “propinilla”.

De esas sesiones recuerdo también algo que visto desde ahora nos parece sorprendente: a mitad de la película había una pausa de unos 15 o 20 minutos y la gente iba al bar a comprar bebidas y dulces o al baño, ‘el intermedio’.

Movie theaters at the Gran Via in Madrid, Spain
Los cines de la Gran Vía de Madrid

Cuando creaba mi empresa, pensé y repensé en palabras que definieran este trabajo que hago yo, y también que hablaran de la intención, el espíritu con el que pretendía abordarlo. Estuve reflexionando sobre mi trayectoria y en qué podía extraer como sentido, como gesto que la definiera.

Emerson College, Inglaterra 1988

Al principio de mi carrera tuve un impulso predominantemente educativo y artístico. Busqué a formarme como educador, pero con una componente que era innovadora y creativa y a la vez muy internacional.

Me formé en la Universidad de Madrid, pero luego hice un curso en Inglaterra en una corriente pedagógica que utiliza la expresión artística y la creatividad como vehículos de la enseñanza: la llamada pedagogía Waldorf.

En el curso en el que me formé tuve el privilegio de compartir aula con alumnos de todos los continentes y de culturas muy diversas. Había compañeros de Brasil, Estados Unidos, Chile, Sudáfrica, Japón, India, Austria, Islandia o Yugoslavia, entre otros. Fue un placer compartir e intercambiar experiencias, reflexiones, ideas, visiones del mundo. 

Junto con los cursos propiamente pedagógicos, hacíamos pintura, teatro, música, … Aquella etapa se caracterizó por tener este enfoque tan creativo e internacional.

Pero tras varios años en este entorno, sentí que algo me faltaba y decidí dar un salto hacia otro universo: el corporativo.

Hice un Master en Gestión de Recursos Humanos y rápido me lancé a esta nueva aventura. El cambio fue radical y en muchas ocasiones muy difícil de soportar. Estuve trabajando en el mundo de la industria durante 15 años en puestos directivos, muchas veces en situaciones muy delicadas y complejas.

He podido, gracias a ello, conocer ámbitos, y sobre todo personas, que funcionan bajo unas reglas del juego muy diferentes.

Y he podido ver cómo y hasta qué punto estos dos mundos están alejados el uno del otro, mirando hacia direcciones muy diferentes y hasta contradiciéndose permanentemente.

goldengate750
Construir un puente entre dos mundos
lighthouse
Encontrar su camino

Y he podido ver cómo y hasta qué punto estos dos mundos están alejados el uno del otro, mirando hacia direcciones muy diferentes y hasta contradiciéndose permanentemente.

Y también he podido comprobar cómo ambos mundos se necesitan mutuamente.

Muchas de las cualidades que he podido desarrollar y aquilatar en lo educativo y creativo han sido luego fundamentales y únicas en el mundo corporativo y a la inversa, muchos de los aspectos del mundo empresarial son clave para un sano funcionamiento en el mundo educativo, cultural o asociativo.

Y es entonces cuando he entendido, tras tener ambas experiencias, que ese es mi verdadero ADN, no pertenecer a ninguna, sino ser un extranjero, un visitante, un expatriado y vivir para siempre en el espacio intermedio.

 

Esto no es malo, aunque he tardado en entenderlo, y ahora lo puedo vivir como una virtud y no como un lastre.

Y he acabado entendiendo que ese espacio intermedio es un lugar que tiene una cualidad muy especial: la de dejar que emerja lo nuevo, el cambio.
Sin ese momento de silencio, en el que se acepta el silencio mismo y no se busca que acabe o se intenta rellenar como sea, en ese momento es cuando dejamos el espacio para lo Sorprendente, lo Novedoso, lo Inesperado, que permite que aquello que se repetía desesperadamente y sin solución, cese.
Años después he aprendido este arte, el de la escucha, cuando me he formado como Coach: a escuchar incondicionalmente, sin esperar nada, sin expectativas. ES ahí donde no sólo escuchamos lo inesperado, sino que el que es escuchado descubre por sí mismo lo que no sabía.

Nos hace falta ese Intermedio, ese lugar donde no nos lleva la inercia sino el anhelo de cambio, de encontrar algo nuevo.
Con esta comprensión de cuál es el espíritu que ha inspirado mi recorrido, el de ser el intermediario, el de hacer un puente entre mundos muy diferentes, decidí poner este nombre a mi empresa: Inter Medio.