Liderazgo es una gran palabra, con la que asociamos habitualmente otras como autoridad, carisma, don de mando, y presupone también que quien detente dicha cualidad ha de colocarse por encima de los demás y guiarlos.

Hay muchas definiciones de Liderazgo, pero la que presento aquí, y sobre la que se basa este trabajo, señala en una dirección diferente: 

El Liderazgo es una cualidad por la que la persona que la desarrolla pone sus recursos al servicio de su propio desarrollo personal y al servicio también del desarrollo de aquellos a los que lidera. Y entendemos por desarrollo la evolución hacia un estado cada vez mayor de autonomía y plenitud personal y profesional.

Es por lo tanto una cualidad que ha de ir dirigida a uno mismo (autoconocimiento) y hacia los demás (autonomía). Esto puede parecer paradójico: ¿Cómo va a ser líder aquel que facilita la autonomía de todos? ¡Será el Caos!

Bien al contrario. Una verdadera autonomía es el requisito necesario para generar la Inteligencia Colectiva, y ésta es el requisito para crear organizaciones equilibradas que funcionen a medio y largo plazo y sepan adaptarse a los cambios futuros sin perder su identidad.

Creo que la Autonomía es uno de los grandes logros de la humanidad. Un líder es aquel crea un entorno donde todos pueden ser autónomos.

Un entorno así generará que todos en el equipo aporten la mejor versión de sí mismos, y que un equipo sea mejor que la suma de sus miembros.